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Desde lo hondo

El lío de la religión

21 de mayo de 2014 0 comentarios

Vaya lío que se está montando con la religión. Leemos que hoy se vuelve a la religión, también que el proceso secularizador es imparable, la religión es cuestión de épocas superadas. Se afirma que se cree en Dios, pero fuera de cualquier religión establecida. Mas también que la sociedad hoy avanza hacia aceptar la religión, pero a olvidarse de Dios. Se predica que se puede ser cristiano sin ser religioso. Más aún se asegura que Jesús de Nazaret combatió la religión establecida y prescindió de lo religioso. Ven otros en nuestro tiempo la reiteración de la época axial de la historia de las religiones, que se refiere a siglos entre el VIII y el VI antes de Cristo, en el que aparecen, Buda, Zoroastro, Confucio, Lao Tse, los grandes profetas de Israel. Et ita porro, que decían los clásicos latinos, y “así más2… La pregunta inicial sería ¿cuando hablamos de religión de qué hablamos? Un especialista en el estudio de la religión ha descubierto que cuando escribe su manual conoce 150 definiciones de religión. Por ejemplo un concepto de religión es el de Rudolf Otto en el libro clásico “Lo santo” y otro el de la religión como virtud moral de Santo Tomás de Aquino. No se puede hablar de la misma manera de una religión “mística”, centrada en lo sagrado y otra “profética” que se extiende a toda dimensión humana. No se puede confundir lo religioso con lo sagrado…. Y a todo esto se avanza como va a evolucionar la religión en tiempos posteriores al nuestro. Y no en unos años, sino definitivamente. Y no perdamos de vista que esas previsiones o profecías se hacen en nuestro mundo occidental y respecto a ese mismo mundo. Más allá de él ¿oscuridad o nada? En todo caso bien está que se hable de religión, implica hablar de algo serio en medio de la superficialidad que recorre la comunicación social. Malo sería que el discurso sobre algo que está en lo hondo de la condición humana a lo largo de la historia sea también superficial.


Brasas y rescoldo

10 de mayo de 2014 0 comentarios

Recuerdo cuando salía recién amanecido hacia Asturias desde La Virgen del Camino, cómo a la izquierda de la autovía el despertar de los pueblos era proclamado por el humo que salía de las chimeneas. El humo era la proyección hacia afuera de lo que olía a cálido hogar en el despertar de un nuevo día. Ahora, sustituidas las cocinas de carbón o leña por gas o energía eléctrica, ha desaparecido el humo. Nada nos advierte de la vida en los hogares. Quizás los niños de hoy no saben qué son brasas ni rescoldos. La brasa es el lado más amable del fuego. La llama el más espectacular y agresivo. Brasa es el fuego que prepara la comida y calienta el hogar. Es lo último del fuego. El rescoldo, es brasa cubierta con fina ceniza para conservarla latente o para que vaya muriendo el fuego con ella. Estas letras son fútiles y sin razón para hacerlas públicas, si no fuera porque me llevaron pensar en la situación de nuestra vida religiosa al acercarse los días en los que emerge con más fuerza la inquietud de la Iglesia, al menos en Occidente, sobre las vocaciones sacerdotales y religiosas. Ha pasado el tiempo de las llamaradas vocacionales, de la masiva presencia de sacerdotes, religiosos, religiosas, también monjas, en nuestra sociedad. Tiempo de nuestras casas de formación, monasterios, conventos a rebosar. Eso fue ya hace bastantes años. Las llamas se han ido convirtiendo en brasas. Algunas, otras muchas se apagaron definitivamente. Quienes se sientan llamados a incorporase a nuestra vida han de saber que se incorporan a un hogar sin llamaradas, humilde y sencillo. En algunos la brasa es rescoldo, la brasa no es visible bajo la ceniza aunque esté presente, para dar lo último de su vida, de su fuego. Nadie puede negar que el viento o brisa del Espíritu haga llamear en algún momento a las brasas. Pero no sé si la vocación sólida necesita fundarse en esa esperanza. O le basta con esperar ser humilde brasa. ¿Rescoldo que mantenga el fuego hasta… lo que pueda pasar?


Levedad sobre mayo

3 de mayo de 2014 0 comentarios

Mayo ha aparecido como el mayo de los estereotipos, a pesar de que marzo “mayeó”, mayo no ha empezado “marceando”. Luz, flores, y partículas que surgen de los árboles y hacen reaccionar al cuerpo con cierta violencia. El césped de El Retiro en esta capital con verde primaveral se ve salpicado por cuerpos que se abren al sol y a la merienda: luz, color, humanidad. No sé lo que durará. También pertenece a mayo ser propietario de la mejor agua, agua de mayo, al menos para nuestra agricultura. La directora de un programa de radio recordaba exultante el mayo de nuestra infancia con las “flores a María”, las iglesias exhibiendo flores diversas, lo más vistoso de lo que nos ofrece la Naturaleza. En efecto, después de mucho tiempo oí en nuestra iglesia el canto “venid y vamos todos con flores a María, con flores a porfía, que madre nuestra es”. La flor es bella, ese es su gran valor. ¿O es mayor que sea el principio del fruto? Existen flores que son valoradas en sí mismas. A otras flores las vemos más como anuncio de lo que germina en su seno, el fruto. Cuando ofrecemos flores a María, ofrecemos lo mejor que podemos dar en ese momento, ofrecer flores es ofrecer cariño, es besar. Nos podemos preguntar si la flor quedará en flor o desaparecerá para dejar paso al fruto: al fruto del amor, del respeto, del beso. De momento estamos en mayo el mes de las flores. Los frutos que nos llegan están robados antes que el árbol, la planta los haya madurado. Vivamos el momento, aunque no perdamos de vista el horizonte. Las flores a María no es cosa de nuestra infancia, es de nuestra vida, que floreció en la infancia y ha ido madurando y puede ofrecer frutos a María.


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El mercado, la prisa, el fluir…domina nuestras vidas. También la creación cultural y la verdad se encuentran afectados por la sucesión rápida, lo impactante…

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Sobre el autor
Juan José de León

Entre otras cosas es Director de la Escuela de Teología "Fray Bartolomé de las Casas" (Madrid). Acompaña espiritualmente comunidades religiosas a través de charlas y retiros...

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