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Desde lo hondo
20 de octubre de 2020
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¡Quien no ha quedado sobrecogido al enterarse de que un profesor ha sido degollado por mostrar unas caricaturas de Mahoma para mostrar un ejemplo de la libertad de expresión! Es una auténtica barbaridad. Y además realizada en nombre de la religión.
El hecho ha derivado a centrarse en la necesidad de defender la libertad de expresión en diversos ámbitos, a través de diversos medios. Entiendo que se produce con ello una desviación que no permite ir al núcleo de lo perverso del hecho.
Si alumnos musulmanes presentes en el aula, al ver que aparecían unas caricaturas de Mahoma, como ejemplo de libertad de expresión, hubieran elevado una protesta a la dirección del colegio, o hubieran en algún medio expuesto su molestia, en virtud de esa libertad de expresión no produciría una reacción, como la que produce el crimen. En el proceso para aclarar el crimen se están encausando a personas que instaron en alguna red social a la respuesta criminal, a lo que considera un insulto o ataque a sus sentimientos religiosos. No se les concede el derecho a la libertad de expresión. La libertad de expresión no es un derecho absoluto, que permita publicar lo que cualquiera desee. Está limitada, por ejemplo, para publicar lo que atente contra la “protección de datos”, que ahora, con razón, tanto se cuida. Como no permite la calumnia: decir algo falso para desacreditar a alguien; o instar a la violencia, al odio y a sus diversas manifestaciones.
El mal está en el fanatismo violento, que lleva a degollar al que opina en contra de sus sentimientos o convicciones. En concreto, el fanatismo que es una patología de la religión. Un atentado contra la misma religión, como han manifestado los líderes musulmanes franceses. Entiendo que es en él en el que es necesario centrarse al condenar el crimen.
17 de octubre de 2020
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“Nadie ha dudado jamás que la verdad y la política nunca se han llevado demasiado bien, y nadie, por lo que yo sé, puso nunca la veracidad entre las virtudes políticas. Siempre se vio a la mentira como una herramienta necesaria y justificable no solo para la actividad de los políticos y los demagogos, sino también para el hombre del Estado”. Esto lo ha escrito Hannah Arendt.
Apoyados en que utilice términos absolutos, “nadie”, “jamás”, “nunca”, si bien matizado a veces por “por lo que yo sé”, se puede considerar afirmación exagerada. Pero aun así las afirmaciones son contundentes. ¡Cuántas veces hemos oído a los políticos en campaña electoral prometer que él no engañará, que será veraz, a la vez que tachaba de mentiroso a su contrincante! De mentirosos se tachan con descaro los políticos en los enfrentamientos parlamentarios, sin que se sientan calumniados y amenacen con los tribunales. ¿Pertenecerá entonces la mentira al juego político? ¿Será que Maquivelo, que sí defendió la mentira como arma del político, fue el único veraz? Si es así ¿qué hacer? ¿Tenemos medios para discernir cuando son veraces y cuando mentirosos quienes nos gobiernan? ¿O hemos de renunciar a conocer la verdad; ¿y no exigir a quienes hemos elegido que no nos engañen, pues el engaño pertenece a la acción política?
15 de octubre de 2020
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El día de la lotería de Navidad es el día de la salud. Aquellos, la gran mayoría, que no han sido agraciados, suelen consolarse diciendo: “habiendo salud que es lo que importa…”. La encuesta última del CIS nos dice que antes de la economía, del paro, de la política…lo que preocupa en estos tiempos es la salud. Una salud que pervive amenazada, por un virus, que no da la cara, y sí se dejar ver en sus efectos. Del que se desconoce lo que es, cómo se origina, cómo se le cierran los caminos; y, cuando llega, como habría que expulsarlo. Esfuerzos, muchos esfuerzos se están realizando en el mundo de la ciencia para poder acabar con él, o, al menos, impedir que llegue hasta nosotros. Es difícil que palabras instando a que tengamos paciencia, que se superará, se le vencerá calen en nosotros. Ahí están los datos en el mundo, en nuestra sociedad, que gritan que esperar es perder vidas. Por no hablar de las consecuencias sociales, económicas, que ya están generando miseria. “Habiendo salud que es lo que importa”, sí; pero también importa, y mucho, el modo de vivir, quizás de subsistir.
Lo que importa es saber asumir la situación, y saber convivir con ella. Convivir con la amenaza; convivir con las precauciones que hay que tomar, convivir con el dolor cuando ha llegado la enfermedad o la muerte a alguien querido, o con el dolor de tantos como están sufriendo la pandemia, con los allegados que la sufren y han sido vencidos por ella.
Para convivir con esas duras situaciones hemos de ahondar en lo que es vivir. Vivir no es un lineal discurrir del tiempo, sino contar con alteraciones de ese discurrir recto. Decía Job, probado por el dolor, por la muerte de allegados, por la pérdida de sus bienes y de su salud: “milicia es la vida del hombre sobre la tierra”. Vivir es luchar. Y a veces perder. Terminaremos perdiendo, si la vida es solo para nosotros un tiempo. Pero si la vida, transformada, supera el tiempo, vivir es forjar la persona que vivirá para siempre. Una gracia, mayor que ser “agraciados” por el “gordo” de Navidad.
Sobre el blog
El mercado, la prisa, el fluir…domina nuestras vidas. También la creación cultural y la verdad se encuentran afectados por la sucesión rápida, lo impactante…
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El mercado, la prisa, el fluir…domina nuestras vidas. También la creación cultural y la verdad se encuentran afectados por la sucesión rápida, lo impactante…Hasta las personas, de las que parece que sólo cuenta su “perfil”, no logran sustraerse al dominio de la apariencia, la imagen. Resulta algo “contracultural” hablar hoy de hondura. Pero sólo en lo hondo se encuentra la verdad, el misterio de lo personal, la relación con Dios. Este blog es una propuesta para “ahondar” en la realidad. Los dominicos tenemos como lema “veritas”,( verdad). La verdad no se posee como se poseen las cosas. Se busca y se roza. Y cuando se encuentra nos comprometemos con ella. El compromiso con la verdad nos salva del dogmatismo y del relativismo. Y para los cristianos, la verdad nos remite al hecho del amor de Dios con el que nos encontramos en la hondura de nosotros mismos.
Sobre el autor
Juan José de León
Entre otras cosas es Director de la Escuela de Teología "Fray Bartolomé de las Casas" (Madrid). Acompaña espiritualmente comunidades religiosas a través de charlas y retiros...
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Entre otras cosas es Director de la Escuela de Teología "Fray Bartolomé de las Casas" (Madrid). Acompaña espiritualmente comunidades religiosas a través de charlas y retiros. En la Editorial San Esteban ha publicado, Creado y creador. Visión cristiana de la existencia; Seis días en busca de la felicidad. Proyecto evangélico para ser felices y Seis días para repensar la vida.
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