21 de enero de 2021
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¡Cuántas veces hemos oído decir “habiendo salud que es lo principal”! La salud es la base imprescindible para conseguir cualquier objetivo. Es lo “principal”. Nada cede ante ella. Sin embargo, conocemos a enfermos crónicos y severos, que aman la vida, la viven en serenidad, sin las angustias que viven personas sanas, aplastadas por pesadas preocupaciones: víctimas de frustraciones vitales de diversos tipos, afectivas, económicas…, que le hacen la vida “imposible”, según dicen. Dicen estadísticas que el número de suicidios de personas, por otra parte, sanas, aumenta. Sin duda que necesitamos algo más que salud. Pero sí, también, y de manera apremiante la salud.
¿Y qué decir de la economía? No se dice que sea lo “principal”. Pero cuando se tienen responsabilidades sociales, políticas, económicas, incluso sanitarias, se ve la imposibilidad de llevarlas a cabo sin una economía sobre la que apoyarse. Esto a nivel amplio. En cada persona, la economía se diluye como entidad ante la diversidad de situaciones. Una economía aceptable, sería para algunos tener que comer, o un hogar donde acogerse, o algo que le reporte lo necesario para vivir. Las tres “t” a las que reiteradamente alude el Papa Francisco. Para otros, esto superado con amplitud, es poder medrar cada vez más en la disponibilidad para llevar una vida de cada vez de más bienestar, o para adquirir un lugar más elevado en la escala social…
¿Salud o economía? El dilema se plantea sobre todo a nivel de colectivos sociales. Cuidar la salud o seguir con un negocio del que se vive que, por ejemplo, exige aglomeraciones, causa de la enfermedad que puede llevar a la muerte. Sí, es el negocio el que permite que al dueño y a los trabajadores, no les falten las tres “T”.
¿Qué hacer? Hay que cuidar la salud y ayudar a que a nadie les falte lo necesario para vivir con dignidad. Compromiso de ayuda a quien ha tenido que abandonar su fuente económica de vida, a favor de la salud colectiva. Pero la salud de los demás ocupa el interés más urgente.
En el concepto de urgente, puede encontrarse esbozo de aproximarse a resolver la difícil situación que se plantea. Lo urgente, de ahora mismo, es evitar favorecer el fomento de la pandemia. Puede dilatarse, poco tiempo, acudir en ayuda de los que dejan de tener ingresos. Así el problema puede ser analizado con mejor perspectiva. Seguirá siendo un dilema que compromete de modo fuerte a quien tiene que tomar decisiones. Pero entiendo, que se introduce, una rendija de luz al considerar los plazos, las prioridades de tiempo.
5 de enero de 2021
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Puede venir de papa Noel, de los Reyes Magos, o de ambos. Y no es cosa de niños. Aunque sí sea asunto de niños los personajes a quien se les aplica ser los autores del regalo.
El regalo es una gracia que se nos hace. La fe cristiana se construye sobre la gracia, sobre el regalo. Regalo de la vida, regalo de quienes nos acompañan en el vivir, regalo de quien nos promete superar las mismas dificultades, fragilidades y en definitiva lo efímero del vivir. El autor del regalo en este caso es Dios. Cuyo mayor regalo fue él mismo haciéndose presente en nuestra historia en Jesús de Nazaret, como celebramos estos días. El regalo está en el origen, el desarrollo y el fin de nuestra existencia. Vivimos de regalo. Por ello hemos de vivir regalando. Vivimos de regalo, pero de un regalo en que además de Dios han intervenido de manera decisiva, quienes nos engendraron, cuidaron y permitieron desarrollar nuestra vida. Sobre todo, lo más definitorio de nuestra condición humana, como es la verdad de lo que somos y el amor, sobre todo. Somos un regalo y vivimos de regalo. Estamos sujetos a la dinámica consecuente: en la reciprocidad de que vivir es regalar. Nuestra vida tiene sentido en la medida de que es un regalo. El regalo sobre todo, de lo más valioso que nos constituye, la verdad y el amor. Vivir es iluminar la vida de los demás y amarles. San Juan lo dice, sin amor estaríamos muertos. Sin amor llevaríamos a la muerte a otros. Es la consecuencia inmediata de vivir en la verdad, que nos han regalado y que hemos de regalar.