Saber perder y saber ganar es lo propio de quien cifra el espíritu olímpico en competir, no en ganar. Si tenemos esto en cuenta había que decir que fue acertado que no concedieran a Madrid organizar los juegos olímpicos del año 2020. Los medios y personas de relieve que acudieron en casi masa al espectáculo de las presentaciones y esperaron tensos la decisión final, han buscado diversas razones para explicar que Madrid no fuera elegida y sí la primera de las dos candidatas excluidas, menos la de que las otras dos ciudades pudieron ofrecer mejores condiciones de diverso tipo, o sea, que eran mejores. Expresiones como injusticia, manipulación, intereses oscuros, compra de votos…etc. sí aparecen como razones de la decisión final. Es decir: el árbitro tuvo la culpa de la derrota. Una sociedad representada por personas que no saben perder no puede albergar unos juegos olímpicos si el Barón de Cupertin decidiera.