7 de mayo de 2023
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A propósito de la lectura -de lego- del número de Estudios Filosóficos – 2022, n 208- dedicado al hermeneuta Ortiz-Osés. Y en general a las visiones hermenéuticas de la realidad…
Sentido, razón/razonamiento, concepto, juicio en Aristóteles estaban bien delimitados, singularizados incluso. Son realidades indistintas, y distintas entre sí. Aunque todo en orden al juicio donde reposa la verdad. Sí, es una visión simple o simplista de quien superficialmente se acerca al “Filósofo”. Y además a través de la presentación que de él hace Santo Tomás.
Al hermeneuta le gusta decir que la experiencia sensible no es pura, está interpretada por el concepto. Y el concepto tampoco es puro, en su elaboración interviene el co-razón. Es decir, la razón cargada de afecto, o el afecto que pretende moverse en caminos del discurso racional. Ello supone dar un paso de lo abstracto a lo real. A lo real de la ineludible tendencia del ser humano hacia el saber, el interpretar lo real. Ello ¿hace inútil lo abstracto? Entiendo que, por el contrario, lo exige. Aunque sea para superarlo o modificarlo. Ortiz-Oses, se inclina por la hermenéutica del símbolo. Símbolo hace referencia a unión -sim-. Y el símbolo nace en lo sensible inmediato, pero tiene su razón de ser más allá.
Digresión: Este leve comentario mira hacia la pretensión de con-formar nuestra condición humana, nuestro pensar y sentir. Si así estamos conformados cada uno de nosotros; así tenía que ser la sociedad que formáramos: que con-formáramos: co-munidad. Para lo que es conveniente la hermenéutica que nos lleva, por ejemplo, a que antes de juzgar negativamente al otro, comprenderlo, interpretarlo.
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