30 de abril de 2014
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Si te sientes importante y te imaginas que tienes la verdad y sientes tal complacencia en tus propios libritos, doctrinas o escritos, como si lo hubieses hecho a maravilla y predicado a perfección, si te agrada también sobremanera que te alaben delante de los otros, si quizás hasta deseas que te alaben, pues de lo contrario estarías triste y te dejarías ir, si eres de tal género, amigo, entonces agárrate las orejas y si agarras bien, hallarás un hermoso par de grandes, largas, y ásperas orejas de burro. Entonces no te importen los gastos y adórnalas con campanillas de oro para que allí por donde fueras te puedan oír, señalar con el dedo y decir: “Mirad, mirad, allá va ese hermoso animal que sabe escribir libros tan exquisitos y predicar tan a la perfección” (Lutero en el prólogo a un libro suyo. < Citado por Hans Küng, también en el prólogo de Grandes pensadores cristianos, Trotta, 1995, pg 11>.
Escrito en 1535. En la época en la que "el buen paño no se vende en el arca", sin el aplauso del pueblo, sin share televisivo, sin votos conquistados por la propaganda,...sin publicidad nada, nada se consigue, nada se vende, y sin aparecer en los medios no existes; e incluso la pastoral se confunde con "saber vender" más que en el valor de lo que se ofrece, y la humildad,el ser, la sencillez se queda reducida a ámbitos estrechos que apenas conectan con nuestra sociedad...¿Tiene vigencia lo que Lutero escribe?
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