6 de marzo de 2023
0 comentarios
No son pocos los que no han optado por los pobres, sino más bien por odiar a los ricos… Se encuentran más preparados para el odio que para el amor, y se encuentran más realizados en el odio, en la crítica, en la denuncia, en la condena, que en el anuncio y en la salvación. Lo que hay que predicar es la salvación, la salvación de la condición humana. Al rico hay que decirle que para salvarse tiene que administrar con justicia y solidaridad mirando no a las riquezas, sino a las personas. La salvación del pobre es encontrar una vida digna desde la justicia y la verdad, no desde el odio. Y luchar por ella. Sin callarse cuando les han condenado a la miseria inhumana, sobre todo si se ha realizado desde el enriquecimiento de otros. Habrá que condenar las situaciones inhumanas, pero hacerlo sin odio. El odio empobrece. Y considerando qué medios y cómo se han de utilizar para que se haga justicia. Se ha de urgir actuar contra esas situaciones que se estiman injustas; pero sin impaciencias que llevan a actuar de manera desaconsejable, y a que la resolución de los problemas sea imperfecta, como el tiempo pronto dejará ver.
Pero, ante todo no olvidar esa opción desde la indiferencia, el cansancio, el desánimo, o la impotencia. Siempre ayudará a buscar la propia pobreza, entendida como sobriedad. Gran virtud la sobriedad que arrastra a valorar más el ser que el tener.
Comentarios
Hasta ahora se han publicado
0 comentarios. Déjenos también su opinión.