15 de abril de 2015
3 comentarios
“Me concediste un palmo de vida,
mis días son nada ante ti;
el hombre no dura más que un soplo,
el hombre es una sombra que pasa,
por un soplo se afana,
atesora sin saber para quién”.
Salmo 38
No estoy de acuerdo. Lo digo cuando sé, porque me lo dijeron mis padres –ex auditu, como la fe- y consta en mi documento nacional de identidad, que en este quince de abril del año 2015 cumplo setenta y ocho años de vida. No ha sido “un palmo de vida”. “No soy nada ante Dios”, soy alguien de ese mundo que, como decía el evangelio de la misa de hoy, tanto amó Dios: “El hombre no es más que un soplo”;el soplo de vida inicial la ha prolongado. “Una sombra que pasa”, he sido sombra y luz, como cualquier ser humano, que ha pasado por la existencia. “Afanándome por un soplo” no, sino por una existencia día a día y un modo de ser tan relevante como el humano. “Atesora sin saber para quién”, no; consciente –no siempre actuando así- de que atesoro para mí…, cuando los demás pueden beneficiarse de mis “tesoros”. Los años “que ya no tenemos”, que diría Casona, pero que hemos vivido es agua que han visto pasar muchas orillas, se han mezclado con la impureza del vivir humano, puede que saciado alguna sed, regado algún campo, y que, sin el ímpetu de aquellos años de manantial– que existieron-, sigue su curso conformando los ¿años? que en verdad tenemos, los que nos quedan hasta llegar “al mar, que es el morir”.
Comentarios
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Pascual Sánchez
20 de agosto a las 11:27
Hacía un tiempo que no pasaba por estas páginas.
Cuando usted tenía 73 años le dije que se conservaba muy bien, a lo que me contestó que eso de conservar no le gustaba o que le sonaba mal.
En esta ocasión le felicito por su cumpleaños y me admira, no como se conserva, sino las acciones que lleva acabo, que no son sombras, sino pura vida.
Saludos cordiales.
Marina Korotchenko
17 de abril a las 9:58
Estimado Padre Juan José, no sabía sobre sus cumpleaños, hasta que Pedro Becerro me había remitido este bloque. Le felicito con sus Cumpleaños, le deseo buena salud, felicidad y el apoyo y la comprensión de todos que le rodean.
Muy cordial saludo,
Marina Korotchenko
Pedro Becerro Cereceda
17 de abril a las 9:39
Felicidades. Saco la conclusión de que cuando cumplimos años, se extiende ante nosotros como una hoja de papel en blanco, en la que podemos escribir cosas hermosas o emborronarla.
Un abrazo